![]() |
Yo descansado en la hamaca sobre la Panta |
Decidí escribir sobre el velero en el que pasé los últimos 6 meses de mi vida. Esta historia fue inspirada por casos reales y por las ganas de comunicarle a todos mis amigos que ya no vivo en un barco. Fue una gran aventura, fue difícil, fue mágico, fueron varias cosas.
"Twenty years from now you'll be more disappointed by the things that you didn't do than by the ones you did do. So throw off the bowlines, sail away from safe harbor. Catch the Trade Winds."
Mark Twain
El Inicio
Cuando vi a la Panta por primera vez, por ahí del 2014, se hacía llamar El Nahual y pertenecía a los güeros, parecía feliz. Durante ese año vivió anclado en el Pacífico, navegando las calmas aguas del canal de Santa Barbara junto a ballenas jorobadas y visitando las islas de Santa Barbara de vez en cuando. Fue protagonista de una película/documental y su figura fue utilizada en varios anuncios. Se le veía feliz, descansando tranquila sobre aguas calmas, con pocos peligros a su alrededor. El Nahual tenía una buena relación con Iemanjá, ella lo mecía todos los días y él se dejaba, a veces se peleaban y ésta en su furia lo sacudía sin razón alguna, pero él, siempre firme, esperaba paciente a que su amante se calmara. Iemanjá era mucho más fuerte que Nahual, sin embargo su amor nunca permitió hacerle daño. Así pasó un año, sucedieron dos o tres episodios de furia y sin consecuencias graves el verano llegó.
Esa fue la época en la que la Panta comenzó a presentar la condición que después sería parte de su trágico final. A pesar de tener un corazón fuerte, éste empezó a mostrar señales de debilidad. Los güeros llamaron a especialistas que trabajaron en ella varias veces. Su situación fluctuaba, había momentos en los que su ronroneo eran de lo más natural, pero seguía fallando. Su corazón fallaba, los profesionales iban, operaban y la hacían sentir bien, pero por más que intentaban no lograban encontrar la verdadera razón de su pesar.
Los güeros y el Nahual eran uno mismo. En esa época era difícil pensar en alguno de los 3 sin los otros dos. Como Han Solo, Chewbaca y El Halcón Milenario, el cariño que tenían los güeros pero el Nahual era inmenso, sin embargo, como todo carnaval tiene su fin, también el trío. Los güeros terminaron su programa en Estados Unidos y no podían quedarse más tiempo, la separación era inevitable. Los tres hicieron un último viaje juntos, navegaron a las islas, pescaron, tomaron el sol, se emborracharon y al final, se despidieron. Los güeros se fueron, Nahual se quedó anclado en el Pacifico, sólo a la mitad de la nada, con Iemanjá como su única acompañante. Meses después, cuando me reencontré con Nahual éste era otro, los meses de soledad le habían cambiado la personalidad. Se volvió más frágil, su condición empeoró, estaba descuidado, triste, no soportaba la soledad.
![]() |
Niema descansando sobre la Panta en un día de Septiembre |
![]() |
De derecha a izquierda: El güero, Mohsen, Yo, Hyemin y Mikel. Foto tomada por la Juli |
Nuestra vida con la Panta era tranquila, protegidos dentro de la marina, sin muchos problemas, mas con el simple pendiente de su corazón. Los meses pasaron, el otoño duró lo que tarda en llegar el invierno*, ella se reponía a los pocos pero afuera, Iemanjá dejaba las olas azotar y los vientos soplar, la diosa estaba furiosa. Y es que mientras que la transformación de La Panta la había ayudado a transitar en el cambio de vida, no le ayudó con su relación con Iemanjá. La señora de los mares estaba dolida, se sentía abandonada y traicionada por el que alguna vez fue su fiel seguidor. Ese año, Imenajá engendró un niño al cuál lo llamó Enso. La Panta no lo sabía, pero este Niño sería uno de los más fuertes que la diosa ha tenido y sería factor clave en su perdición. Iemanjá cegada por el dolor, la vanidad y los celos mandó a Enso a darle una lección a su antiguo amante que había preferido el amor humano al futuro inmortal.
![]() |
Vista de la Marina de Santa Barbara |
Eventualmente Juli y yo tuvimos que viajar. Para ese entonces con la ayuda de Olorun, Enso se había convertido en un fuerte Niño. Al mismo tiempo, la marina de Santa Barbara, en una acción de total irresponsabilidad había cerrado el acceso a barcos que no fueran dueños de un "slip" por lo que tendríamos que dejar a Panta anclada en el Pacífico, a la merced del Niño. Yo sabía que la Panta no estaba en condiciones de pasar otro mes sola en alta mar pero no teníamos otra opción, la marina de Santa Bartaba nos había cerrado las puertas. El 8 de diciembre sacamos a la Panta de la marina, le volteamos la cuerda de anclaje, le pusimos dos anclas y la dejamos fondeada entre sus amigos y amigas. Esa fue la última vez que vi a la Panta, se veía feliz, confiada, con su meneo tradicional.
El Fin
![]() |
Juli y Niema sobre La Panta, una de las últimas fotos que tenemos de ella. |
Poseída por su instinto de sobrevivencia logró alejarse de la orilla y navegó Norte con la esperanza de llamar la atención y que alguien la viera para ir en su auxilio. Pasó frente a la playa más popular de Santa Barbara y nadie la vio. Pasó por la marina local, más nadie la percibió. El clima estaba muy malo, la lluvia caía con fuerza y una neblina tomó cuneta de la costa, sus probabilidades de sobrevivir eran muy bajas. Enso se había preparado todo el invierno para este momento. Finalmente, pocas horas antes de que el sol se metiera, un ciudadano la vio y llamó a las autoridades responsables. Sin embargo, para cuando éstas llegaron a donde Panta peleaba por su vida, ya era muy tarde. En su desesperación por llamar la atención y ser rescatada Pantalhasa se había acercado mucho a la orilla y su quilla habría quedado atrapada en una corriente de entrada, poco pudieron hacer los dos motores de 250 hp de la lancha de la costa civil, Pantalhasa navegó lentamente a la orilla hasta que quedar recostada sobre un lado fuera de su ambiente, la arena áspera seria su cama esa noche.
Iemanjá, al observar lo sucedido se asustó. Su intención nunca fue lastimar a Nahual, estaba molesta, celosa pero aun así los sentimientos por el que alguna vez había sido su compañero seguian siendo fuertes. La diosa intentó hablar con Enso, pedirle que se detuviera y durante unos momentos lo logró contener.
Iemanjá, al observar lo sucedido se asustó. Su intención nunca fue lastimar a Nahual, estaba molesta, celosa pero aun así los sentimientos por el que alguna vez había sido su compañero seguian siendo fuertes. La diosa intentó hablar con Enso, pedirle que se detuviera y durante unos momentos lo logró contener.
En la mañana siguiente, como Simba intentando despertar a Mufasa después de que los antílopes lo atropellaran (yo se, una analogía muy profunda), Iemanjá, libre del poder del viento y las olas, causadas por el Niño sacudía a la Panta. Pero ésta no respondía, se había quedado atrapada por la arena, en marea baja, sin que nada se pudiera hacer por ella. Las horas avanzaron y la toda poderosa no paró, insistió hasta que logró ponerla de pié otra vez. La Panta, motivada por su fiel compañera intentó volver a su medio. Sin embargo Enso no soportó ver esa escena y en la tarde del miércoles otra tormenta se formó en las costas de Santa Barbara, una tormenta que significaría el fin de Pantalhasa. El miércoles 6 de enero por la mañana fue la última vez que alguien vivo a Pantalhasa viva. Cuando nosotros llegamos a la escena ella ya no estaba.
A partir de este día la Panta quedaría desaparecida por días y solo la volveríamos a ver 4 días después, en una situación que ningún amante de los veleros debería de ver. El domingo 10 de enero la Panta fue oficialmente declarada muerta.
![]() |
Lo que quedó de La Panta tras la triste noche del 6 de enero de 2015 |
*Joaquin Sabina
Es la historia más triste que he leído sobre la vida marinera de mi hijo.
ResponderEliminarTriste historia. Desgarradora (literalmente) la última foto.
ResponderEliminarLo bueno (porque siempre tiene que haber algo bueno), es que Niema y tú pudieron disfrutarla por un buen rato.
¡Larga vida a La Panta!